La situación de la atención de la salud en Finlandia es mala. Los tiempos de espera para la atención básica de la salud, la atención médica especializada y los servicios sociales son récord. Los ciudadanos finlandeses esperan más tiempo de lo que se puede considerar razonable para los servicios urgentes y no urgentes y exceden los requisitos de la ley. Además, la previsión de déficit de las regiones del bienestar para este año es de casi mil millones de euros, y el índice de derecho financiero no tiene en cuenta el aumento de los costes salariales más rápido que el índice de ingresos. Sobre todo, hay escasez de profesionales de la salud. La escasez de personal afecta a casi todas las áreas de bienestar, que sufren una crisis financiera, personal y asistencial entrelazada.
Al mismo tiempo, según informes de prensa, Säätytalo planea recortar mil millones de euros en asistencia social y sanitaria. El colegio médico entiende que hay que frenar el ciclo de la deuda del Estado. Sin embargo, en la situación actual, donde los costes sanitarios superan la financiación ya concedida y los tiempos de espera están en máximos históricos, recortar la financiación no es una forma viable de ahorrar costes sin que el sistema se derrumbe por completo.
El paciente tiene derecho a servicios de salud adecuados.
La estimación de gastos del Ministerio de Hacienda establece que “no es posible reducir la financiación de las regiones de bienestar sin reducir al mismo tiempo las tareas u obligaciones de las regiones. El índice de ahorro también puede poner en peligro la adecuación de la financiación de las regiones de bienestar”. En la evaluación del gasto, se hace referencia varias veces a la constitución, donde los servicios adecuados de atención de la salud se definen como un derecho básico. Es cuestionable si la situación actual cumple con los requisitos de la Constitución, y está claro que las medidas correctivas requieren financiación adicional, no financiación reducida.
La constitución fue escrita pensando en el paciente. Cada ciudadano debe poder confiar en que recibirá atención de alta calidad rápidamente si es necesario. La crisis sanitaria no es solo una carga para los pacientes sino también para los trabajadores sanitarios. La fuga de personal del sector público no termina con la reducción de recursos. Säätytalo ha escuchado atentamente al Ministerio de Finanzas, y esto también debe hacerse en términos de atención médica. Es importante reconocer que recortar la financiación en la situación actual conduce a un mayor debilitamiento del sistema sanitario finlandés ya la violación de los derechos básicos de los pacientes.
HT
Fuente: La página nórdica